Hablemos de algo:
Con internet llenándose cada día de más entrenadores, deberías tener las suficientes herramientas para conseguir 3 cosas:
· Destacar sobre el resto.
· Conseguir más clientes.
· Mantener contentos a los que ya confían en ti.
Y no vamos a mentir.
Para eso hacen falta muchas cosas.
Pero desde luego una de ellas es entender que, detrás de una planificación, existe un entramado de estructuras musculares y articulares que solo responderán a estímulos bien ejecutados. Bajo un sentido y conocimiento.
Con el fin de saber adaptar los ejercicios y máquinas del gimnasio a cada persona.
Y no al revés, claro.
Y así poder individualizar su entrenamiento para que consigan antes su objetivo.
Y si tienen resultados antes, estarán satisfechos y por lo tanto más contentos. Y eso hará que acaben recomendándote a su círculo más cercano.
Pero antes de que esto suene tan bonito que parezca un libro barato de autoayuda, vamos a ponernos realistas:
Lo mismo esta situación te suena de algo:
1. Te acercas a una de las aparentemente mejores máquinas del gimnasio con tu cliente.
2. Le das las dos típicas indicaciones para que empiece a usarla.
3. A la que se pone a hacer el ejercicio te dice que no siente el músculo que debería, que le molesta.
4. Sonríes y le dices: “entonces vamos a hacer otro ejercicio”.
Auch.
No sé si esto te suena porque te ha pasado a ti o a un amigo.
Pero haces bien en estar por aquí en vez de recurrir a Chat GPT, porque saber adaptar los ejercicios al contexto de cada persona no son los padres. Es muy posible.
Y en esta formación te enseño cómo.